sábado, 5 de octubre de 2013

Tres días en Madrid

José María Lasalle y Soraya Sáenz de Santamaría, en la inauguración del Liber

Esta semana se ha celebrado el Liber, la feria profesional del libro donde se dan cita editores, distribuidores y librerías de ambas orillas del Atlántico. Es una feria que se celebra anualmente, un año en Madrid y el otro en Barcelona. Este año tocaba Madrid.

Participo cada año en el Liber. Además de hacer negocios, el Liber sirve también para encontrarse con agentes diversos del mundo del libro: bibliotecarios, gestores culturales, colegas editores, imprentas... Entre los gestores públicos de la cultura, este año pude saludar a José María Lasalle, secretario de Estado de Cultura ("Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señore"); a la entusiasta Carme Fenoll, jefa del Servicio de Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya; al eficaz Joaquim Bejarano, jefe del Área del Libro del Institut Català de les Empreses Culturals...

En las conversaciones con distribuidores se habla habitualmente de porcentajes de descuento, de consolidación de mercancías, de facturas proforma, de incoterms, de depósitos (los americanos prefieren el término consignación), de liquidaciones mensuales o trimestrales (también aquí hay un americanismo específico: cortes de ventas donde en España hablamos de liquidaciones)... ¡Una jerga que hace unos años desconocía totalmente! Pero también se habla, y mucho, de libros, de línea editorial, de autores... Para mí, por ejemplo, es un placer conversar con distribuidores argentinos y explicarles la importancia del pensamiento antropológico de Lluís Duch (a los mexicanos no necesito explicarles quién es Duch, porque lo conocen perfectamente), o encontrarme con un cliente peruano y resumirle el concepto de trascendencia de Ramon Maria Nogués, o comentar con mi distribuidora colombiana la última obra de Juan José Tamayo... Uno tiene la conciencia de contribuir (modestamente, eso sí) a la internacionalización de nuestros mejores autores. Es sin duda parte del trabajo de un editor.

Y no se trata solo de exportar a nuestros autores. También hay que importar: saber detectar las mejores voces del panorama internacional y darlas a conocer en nuestro ámbito lingüístico. En este sentido, he hecho muchos esfuerzos para dar a conocer en catalán y en español la obra de Marie Balmary, a mi entender la mejor lectora de la Biblia en nuestros días. La obra de Balmary, escrita originariamente en francés, ha sido traducida ya a ocho lenguas, dos de las cuales (catalán y español) por iniciativa de Fragmenta. Es, pues, en cierta medida responsabilidad mía tratar de dar a conocer su obra entre los lectores hispanohablantes. Ardua tarea, sin duda, pero apasionante. Véanse, por ejemplo, mis palabras sobre Balmary dirigidas al público colombiano (las pronuncié en la última Feria del Libro de Bogotá, en abril pasado).

Y como siempre tratándose de encuentros humanos, hay también espacio para la distensión, para la gratuidad del intercambio de vivencias y pareceres. Fue un placer preguntar a Berta Inés Concha por su escrunio de la biblioteca de Pinochet, o conversar con Luis Miguel López sobre la memoria de los libreros: antes de la informática, los libreros memorizaban títulos, autores, editoriales..., y su ubicación en la librería; Luis Miguel y yo evocamos enseguida al añorado Pere Rodeja (Llibreria Geli de Gerona), un ejemplo paradigmático de librero conocedor del fondo atesorado en su establecimiento.

Me hizo ilusión reencontrar a Alba Inés Arias, gerente de la Librería Lerner de Bogotá. Ello me da pie a rememorar una experiencia vivida en abril pasado, en Bogotá. Con una comercial de Siglo del Hombre visité la Librería Lerner. Alba Inés Arias me recibió en su despacho, y comencé a explicarle nuestra línea editorial: "Fragmenta es una editorial de ensayo sobre todas las religiones, tratamos de trabajar con el máximo rigor con una postura aconfesional"... hasta que Alba Inés me interrumpio: "Quiero que lo que me está contando lo oiga todo el equipo de la Librería Lerner: venga mañana a las siete y media de la mañana y lo escucharán todos." Y, efectivamente, al día siguiente me encontraba, a las siete y media de la mañana, en la planta -1 de la Librería Lerner Centro, sentado en una mesa (con desayuno incluido) ante quince o veinte libreros de Lerner Centro y Lerner Norte, que madrugaron para escucharme y conversar conmigo sobre Fragmenta durante más de una hora. ¡Nunca una librería me había recibido tan bien!

Mi próxima feria será en Guadalajara, en México, a principios de diciembre. Ya les contaré...

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